Capitulo XI: Leyendas verdaderas
La tarde había pasado como si nada, luego de mi siesta obligada, me levante sin rumbo ni planes e intente concentrar mi atención en otra cosa que sea las historias de vampiros. Baje las escaleras y me dispuse a prepararme algún aperitivo con mucha azúcar para poder subir mi presión. Sentada y haciendo zaping sin sentido, mi mente seguía divagando en paz, no le prestaba mucha atención a mis conclusiones, trataba de interesarme en algún programa que pasara por los canales. Un sonido fino y agudo llamo mi atención, provenía de la planta alta, y unas vibraciones lo acompañaban, era mi celular. Subí a las carreras hasta mi cuarto, donde recogí el aparato y leí el mensaje que me habían mandado. "Llego tarde, en el congelador tenés carne y en el horno un poco de arroz. No pases la noche en vela, descansa. Mama"
Perfecto, lo único que me faltaba, mas soledad. "Ok, grax, ns vms. T kier!". Ponía en duda si mi madre entendería, pero no me iba a esforzar mucho en averiguarlo. Horas mas tarde saque la carne y la calenté en el horno, odiaba esa comida, pero no tenia alternativas. Termine de cenar, lave y seque los platos, acomode un poco la cocina y subí a mi alcoba. Algo me llamaba la atención, no era la cama que me pedía a gritos que me recostara, sino el escritorio en donde se depositaba mi ordenador. Lo pensé varias veces antes de encenderlo, pero al fin y al cabo me decidí. Mientras esperaba a que mi servicio de conexión a Internet se habilitara, hice una lista de las cosas que había visto, y si pudiesen ser verdaderas o no. Dudaba de todas y cada una, pero ya estaba totalmente entregada, no me iba a rendir.
Perfecto, conexión establecida. Buscador: Vampiros, buscar. Demasiadas páginas, mucho material, y mi paciencia escaseaba en esos momentos. Buscador otra vez, Vampiros ¿Son reales?, buscar. Pensaba que me iba a aparecer una página en la cual me insultaran en todos los idiomas del mundo por creerme eso, pero algo capturo mi mente. "Leyendas vampíricas". Dudaba de su veracidad, pero sin embargo intente leer. Comentaban muchas cosas sobre aquellos clanes, sus creencias, sus hábitos, las maneras en las cuales se los podía matar, pero ninguna página me daba la información que necesitaba. ¿Eran reales o no? Luego de varias frustraciones, y de volverme loca tratando de investigar, decidí apagar la PC e irme a dormir, después de todo mañana debía ir al estudio.
Esa noche no tuve sueños, ni pesadillas, solo extrañas sensaciones que todavía no puedo determinar si realmente las soñaba o estaba despierta, le atribuí el mal estado a mi mala salud, después de todo, algo tenían que tener en común.
Por la mañana sonó mi despertador, me levante aun con los ojos cerrados, me dirigí al cuarto contiguo para tomar un baño, luego me vestí y baje con demasiada hambre recorriendo mi estomago, pero algo me detuvo. Mi celular estaba brillando otra vez, solo que ahora no emitía sonidos. “Asómate por la ventana, te tengo una sorpresa”. Automáticamente mis pensamientos se centraron en Emmett, siempre tenia algo entre manos para hacerme pasar un buen rato, pero el número permanecía en privado. Seguí las instrucciones y allí estaba. Detrás de los vidrios curvos que ocupaban el lugar de mis ventanas, había un hermoso Clío, solo que no era el auto con el que estaba familiarizada, este era de un color plata brillante, con vidrios polarizados cubriendo cada centímetro de aquellas ventanas perfectamente limpias y casi reflectiva. Solo una de ellas, la del lado del acompañante, estaba baja.
- Vamos Bella, hoy es mi turno de llevarte al estudio. Al parecer tengo competencia-No lo podía creer, era inverosímil, era irreal, era de en sueño. Era Edward Cullen, o aquel muchacho cuyo nombre desconocía, asomado sobre el vidrio haciéndome señas con las manos para que saliera. No lo dude, ni por una milésima de segundo, tome mi campera y salí disparada hacia el exterior de mi casa.
Entre en el auto, por mas familiar que me pareciera el modelo, era totalmente distinto al de Em, era como si hubiese sido creado tan perfecto como su conductor.
- Me dejas sin palabras, ¿Cómo…- Si así se sentía ser interrumpida, juro que no lo haré nunca mas
- Menos preguntas y mas disculpas, lo siento, lo siento, lo siento tanto! - ¿Se estaba disculpando conmigo? ¿Pero porque motivo?
- ¿De que hablas? No tengo porque disculparte, no me has hecho nada
- Si que te eh echo, tu intentaste ser amable conmigo y yo solo te recrimino mis celos…- Prometí no volver a hacerlo, pero me venció la pasión
- ¿Celos?, no era que tu nunca ibas a estar celoso-
- Bueno lo siento lo admito, soy demasiado celoso, y tu me provocas y me buscas, y bueno, no me quedo otra alternativa-
- No comprendo, ¿Cómo me encontraste? Es decir, mi casa-
- Te seguí Bella, te seguí mientras te ibas con Emmett, vi el beso impregnado en tu mejilla, vi su aroma en tu pelo, y no me aparte de tu casa hasta que el Clío negro desapareció de la vista, al parecer se quedo esperando algo prendido a tu ventana-
- Pero…no comprendo… ¿Porque?-
- ¿Porque? Porque me siento atraído, porque me encontraste después de tanto buscar, porque me quede pegado a ti casi como un imán, porque me desespero sin tu presencia, porque te quiero conmigo, y solo conmigo, porque no soporto verte con el, con sus brazos en tu cintura, con sus desayunos, sus paseos. Por eso te pase a buscar hoy, porque el pensaba hacerlo también, y no quería. Quería que tu fueras mía y de nadie mas…-
- Suenas un poco egoísta, pero para serte sincera no me molesta en absoluto-
Para cuando terminamos nuestra charla, habíamos llegado al estudio ya. Bajo de su lado y me abrió la puerta como un caballero para permitirme el paso. Entramos al set y ya estaba las escenografías dispuestas para la próxima escena, y no pude evitarlo, un escalofríos me recorrió la columna, el claro.
Nos dispusimos en nuestros lugares, yo intentaba memorizar mis líneas para no olvidarlas con tanto traqueteo, y fue el acción el que despabilo mis sentidos, no pude evitarlo, lo dije.
- Eres increíblemente rápido, y fuerte. Tu piel es tan fría como el hielo, y a veces, solo a veces, hablas como si fueses de otra época- Wuau, fue muy de golpe. - ¿Cuántos años tienes?
- 17
- ¿Por cuánto tiempo has tenido 17?
- Bastante
- Se lo que eres, se lo que e estuviste escondiendo todo este tiempo, se tus razones para no ser como los demás, tus motivos para diferenciarte- Eso no estaba en el guión, pero me había salido del alma.
- Dilo, si te crees tan valiente dilo- Eso tampoco estaba, el hacia lo mismo que yo- Dilo, fuerte-
- vampiro!-
- Excelente chicos, perfecto, salio tan natural, tan poco ensayado, como si lo hubiesen estado hablando por años-
Casi en susurros me acerque a su oído y pronuncie lo impronunciable
- ¿Y que pasa si no fuera Bella la que habla, si no fuesen las líneas de la actuación?
Su respuesta me helo la razón
- Quien dijo que yo estaba actuando-
jueves, 26 de marzo de 2009
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