Capitulo IX

Capitulo IX: Desmayos y descubrimientos

Esa mañana despertamos casi por arte magia, habíamos olvidado poner el despertador y el sueño nos había jugado una mala pasada. Alice se levanto y empezó a revolotearme por encima.
-Bells despierta!, Llegaremos tarde!-
Eso intente hacer, lo juro, pero al poner todo el peso de mi cuerpo sobre mis piernas estas cedieron sin previo aviso dejándome tumbada sobre los brazos de Al.
-Bella! Te sientes bien? Estas enferma? Quieres ir a un medico?-
- No Al, en serio, estoy bien, solo necesito algo de azúcar y sal, mi presión debe estar por los suelos-
-Será mejor que llame y diga que no vas esta mañana, no queremos tener accidentes-
- Alice Cullen! te lo prohíbo, necesito ir, DEBO ir-
- Ahhh, cierto- Me respondió casi jugueteando conmigo- Hoy tienes tu cita con Emmett y no podrías faltar no?
La cita con Em, lo había olvidado, era terrible, y el no se lo merecía
- Claro claro, la cita- Dije casi en susurros
Llegamos tarde, como de costumbre, pero el director se apiado de mi mal estado de salud y nos perdono, solo por esa vez chicas, repetía casi a gritos.
Emmett llego corriendo a mi lado a verificar mi estado de presión
- OH Bells, será mejor que no salgamos esta tarde, no quiero traerte mas problemas-
-Emmett no!- Gruñó Alice desde la otra esquina- Ha venido solo por esa razón
Me sonroje, bastante para mi agrado, y repentinamente todos me estaban mirando. Todos en el propio sentido de la palabra, hasta Edward estaba pendiente de mí, con su ceño fruncido y su mirada de enojo, pero revisando cada respiración que emitía.
Cuando todos se había ido, quede tendida en el suelo intentando recobrar mi color natural, pero no volvía, me costaba olvidarme del percance y de todos los pares de ojos posados en mi. Me senté y escondí mi cabeza entre las rodillas para alejarme de la vergüenza, tratando de no recordar el accidente.
-Estas bien?- Esa voz que me resulto casi imposible de no reconocer, aterciopelada, dulce y dura por donde la oigas. Edward estaba parado tras de mí, con sus ojos posados en mi cabeza. - Bella? Me oyes? Estas bien? Necesitas un medico!-
- No Edward- Intente susurrarle pero mis palabras parecieron atorarse- Estoy bien, en serio-
Me levante apoyándome contra la pared, y sus manos me sostenían por los hombros
-Dijiste que no querías que seamos amigos!- Le recordé la frase que ayer me había dicho en su máximo estado de furia
- Cito: "Dije que no deberíamos, no que no me gustara"- y me sonrió de lado, - Es lo que Edward le dijo a Bella no?
No termine de oír su frase, ya que lo ultimo que recuerdo fue que me desvanecí arrastrándome por las paredes y que Ed me sostuvo entre los brazos.
- Rose, Jake! Llamen a alguien, - Al parecer eran los que más cerca se encontraban. -Bella se ha desmayado!-
-Estoy bien, estoy...
Me desperté con seis pares de ojos posados en mi, cada uno mirando de una manera diferente. Jake y Rose me miraban distantes, no teníamos mucha relación como para que les importe demasiado. Jasper estaba respirando por detrás y tomándome el pulso de las muñecas, él si parecía preocupado. Alice estaba a los gritos, avisándole a todo el mundo que estuviera atento que había despertado de mí transe. Emmett y Edward eran los mas preocupados, el primero me miraba a los ojos, como pidiéndome perdón por algo, intentándome tocar con sus manos cálidas, pero Edward se lo prohibía. Él estaba a mi lado, con su brazo rodeándome la cintura y la mano sujeta a mi cabeza impidiendo que me mueva. No había notado hasta ahora lo frías que me resultaban sus manos al tacto, pero al parecer, el no se había dado cuenta de mi descubrimiento.
- OH Bella, estas bien, no sabes cuanto me alegro- No lo podía creer, me había despertado en serio? No seguía en un transe imaginario?
Paso un buen rato hasta que todos se cercioraron de que mi estado de salud era optimo. Media hora mas tarde, el director estuvo de acuerdo con mi idea de seguir grabando.
Era el momento de seguir con la función, Port Ángeles era la escena siguiente, me sentía muy incomoda con la situación, todos me miraban como si me fuese a desmayar otra vez. Fui a la tienda de vestidos con Jess y An, me escape a la librería y Ed me salvo de los matones que querían abusar de mi soledad. Comimos, es decir, comí ravioles mientras mi ángel de la guarda me contaba sobre su historia de lector de mentes. Subimos al Volvo de Edward, que en realidad era un auto marca Focus, lo mas parecido a un Volvo que los directores pudieron encontrar. Era el momento de la escena de sus manos frías...
- Ya es suficiente calor por hoy- Cite con voz entre cortada. Dirigí mis manos directamente hacia la perilla de la calefacción y él hizo lo mismo. Otra vez el tacto frió. Otra vez el escalofrió que me recorrió la columna, pero esta vez, él si lo había notado.
- Edward, tus manos, están frías!- Lo susurre casi tan bajo como para que el solo pudiera oírme
- Es, ehhh, son los nervios, no te preocupes!- lo susurro, pero podía jurar que si lo hubiese dicho en su tono de voz normal, me hubiese estado gritando.
¿Cómo podía ese ser tan perfectamente creado, tener el tacto tan frió como el hielo, como si fuese autoproclamado el príncipe del hielo?