martes, 24 de marzo de 2009

Capitulo X

Capitulo X: Como perro y gato

Esa tarde, al terminar de grabar y con mi cabeza aun dando vueltas sobre lo que había pasado por la mañana, me dirigí a la salida del estudio, nos habían dejado salir antes por mi problema de salud y no querían que a los demás actores les pase lo mismo. Estaba por salir cuando vi a Edward sentado en una esquina del pasillo que llevaba a nuestros "camarines”, me acerque casi sin respirar ni hacer algún ruido posible, para que no notara mi presencia y pudiese jugarle una buena broma y olvide lo de hoy, pero al parecer tiene los sentidos mas alerta que un animal, y apenas me dirigía hacia el volteo y me vio fijo a los ojos. Pensé que se levantaría e iría, pero por el contrario me sonrió de lado y bajo la mirada. Apresure el paso y me senté a su lado.
-¿Que es lo que te pasa? Has estado así desde el principio, acaso no puedes integrarte como los demás!- No quería sonar agresiva, pero no funciono
- Pensé que vendrías y me tratarías bien, pero por lo visto no es tu opción-
Estaba a punto de levantarse e irse
- Espera!, porque no puedes ser como todos y...- No me dejo terminar de hablar
- Porque no soy como todos! No soy como ustedes, y tampoco tengo intenciones de serlo, así que si me permites...-
Recogió su saco del suelo y desapareció de mi vista antes de que pudiera contar hasta tres. Me estaba poniendo los nervios de punta, siempre con su actitud de resentido, ¿Porque no podría ser como Emmett...? Oh Rayos, tonta tonta Bella.
- Em espera!- No sabia si iba a escucharme, pero lo tenia que intentar. -Emmett, por favor espera!- Por suerte se dio vuelta antes de que tuviera que echarme a correr
- ¿No te das cuenta de lo terrible que soy? Me he olvidado por completo lo de esta tarde, ya estoy bien de veras, todavía estamos a tiempo...
- Bells, no seas tonta, te dije que lo suspenderíamos hasta que te sientas mejor, no quiero tener que suspender el paseo por llevarte al medico...- Costumbre mía, no dejar terminar de hablar a las personas, menos cuando se preocupan por mi
- No, de ninguna manera, has pensado mucho y gastado tu tiempo en algo para mi y no voy a desaprovecharlo de esa mane...- Al parecer el tenia la misma costumbre que yo
- Bella, escúchame y escúchame bien! Te quiero demasiado como para permitir que te pase algo, no voy a arriesgarte a nada entendido? Y si no lo entiendes no me interesa, podemos salir otro día, ahora hazme el grandísimo favor de agarrar tus cosas y llevarlas a mi auto, te alcanzo a tu casa, o te piensas que te dejare sola tomando un colectivo?- Sonaba autoritario, como si nada lo podría hacer cambiar de opinión, pero a su vez la ternura asomaba por cada palabra que se refería a mi estado.
- Bueno...eh...gracias...- Me di media vuelta dispuesta a recoger mis cosas e irme a casa, definitivamente debía descansar.
Llegué a la puerta de mi armario, tenia que recoger mi mochila, y las cosas que había llevado a lo de Al, pero alguien se me adelanto y tenia mis pertenencias en sus manos.
- Bella, siento mucho lo de hoy, no quise tratarte así, es que estoy un poco molesto por tu estado de salud, y no podía hacer de cuenta como si nada pasara, no puedes enfermarte antes de que te cuente que soy un vampiro, cambiarias el rumbo de la historia- Sonaba tan calmado, tan pacifico, tan natural. Ese chico definitivamente había tomado muchas clases de actuación, era impresionante como podía calmar sus ánimos y transformarlos en lo que quisiera de un segundo a otro. Estuve a punto de preguntarle si Jasper tenía algo que ver, pero ya me habían tratado de loca antes, no quería que sucediera lo mismo.
- Esta bien Ed, no te preocupes, estoy bien, y créeme que no cambiare el rumbo de la historia, además te estas adecuando mucho a tu papel, creo que te lo estas tomando mas en serio que yo, al final no soy la única a la que…- Maldita costumbre pegadiza
- ¿Y si no fuera un papel?- No llegue a entender que fue lo que dijo, su voz fue casi como un susurro del viento
- Perdón ¿Qué?, no te oí bien- Era cierto, no había oído nada
- Nada Bells, no te preocupes. Me quedo mas tranquilo ahora que se que no piensas destruir la grabación-
-Ja ja ja, muy gracioso. Bueno, gracias por las disculpas, pero debo irme, tengo prisa, no quiero que Emmett se vuelva a enojar otra vez, con un vampiro molesto tengo de sobra- Quería que mi comentario sonara a modo de burla, pero al parecer no lo tomo así
- Esta bien, vete con Emmett, no hagas esperar al vampiro bueno que siempre esta contigo y te salva de todo!- Dios mió, que carácter.
- ¿Es que acaso tu, Edward Cullen, estas celoso de Emmett?
- Celoso, ¿yo?, por favor Bella, vete ya-
No desautorice su orden, me di vuelta y me fui dejándolo solo a mis espaldas.
Llegue al estacionamiento, al parecer el camino a casa seria largo, ya que Em no dejara de preguntarme que me paso si estoy bien, o como me siento, y la verdad es que no tengo intenciones de hablar del tema, se tendrán que acostumbrar a mi falta de presión.
- Venga Bells! Sube al auto!- Sonaba como si me estuviese invitando a una fiesta.
- Ya voy Em, ya voy- Mi falta de coordinación no hacia que mis pasos fuesen tan veloces como los suyos, pero al fin llegue a destino.
Me había equivocado bastante con mi suposición, Em no toco el tema de mi salud ni una vez, creo que adivino que no tenía intención de contarle, pero sin embargo toco otro tema del cual no estaba preparada para hablar.
- Ehh, Bella, ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Y desde cuando me pides permiso para algo- Le sonreí para que no sintiera miedo de hablarme, podía contar conmigo para lo que sea
- Ehh, bueno, lo siento, es que solo quería saber, ¿Te gusta Ed?- Corrección, podía contar conmigo para lo que quisiera, menos para eso.
- Emmett, que estas diciendo, nos llevamos como perros y gatos, nose como voy a aparentar estar total y perdidamente enamorada de el- Se rió de mi comentario, me quito los ojos de encima, y siguió conduciendo. Ese fue el ultimo tema que se toco en el camino, el tiempo restante solo fue buena música y paisaje de cuidad. Me despidió con un calido beso en la mejilla cuando llegamos a la entrada de mi casa.
Minutos más tarde me encontraba tirada en mi cama, pensando en el tedioso día de hoy. Me quise dormir, pero la luz entraba por la ventana impidiéndome tomar mi siesta, por lo que decidí prender la computadora y pasar el tiempo jugando al solitario, pero algo me distrajo de mi plan, mi fondo de pantalla, un vampiro pálido como la nieve arriba de un árbol en posición de cazador mirando hacia el suelo. No, no podía ser, era solo una historia, solo una novela, los chicos tenían razón, esto de la película me estaba afectando demasiado. Apague la PC y me obligue a dormir, tenia que descansar, pero aparentemente mi cabeza seguía pensando en eso, en la pantalla de mi computadora, en la búsqueda de las leyendas quileutes, en la fuerza sobre la van, en sus manos frías, su tacto de hielo, su adicción al personaje. Seguí divagando un tiempo, hasta que Morfeo se apodero de mi inconsciente. Hubo solo una cosa, o mejor dicho una persona que recuerdo perfectamente de aquel sueño, Edward Cullen.