sábado, 4 de abril de 2009

Capitulo XVII

Capitulo XVII: Al caer la noche

Ya en el interior del vehiculo, le pedí a Edward que no arrancara, no quería irme de ese lugar, no quería que mi mente se olvidara de esa velada mágica que había vivido junto a mi vampiro de ensueños.
- Por favor amor, no arranques, no quiero irme aun- Le suplique apenada
- Que pasa?, Has olvidado algo dentro?-
-Si, pero no creo que lo vuelva a recuperar- Clave mis ojos en los suyos
- Que has perdido?- No sonaba interesado, me contestaba por no dejar que hable sola
- Tu confianza en mi, y no creo que la vuelva a recuperar- Soltó el volante del auto aun estancado y se abalanzo sobre mi para cubrirme en un abrazo.
- Amor, mi confianza en ti nunca se perdió, supe lo que ibas a hacer desde el momento en el cual vendaste mis ojos, pero yo tampoco me resistí, al parecer todavía no me controlo lo suficiente. Eres tu la que debería haber perdido la confianza...- No lo deje terminar de hablar, ya que acomode mi cabeza entre su pecho y se silencio al instante.
- Te amo, eres todo para mí, y no quiero perderte-
- Tranquila amor, no lo harás- Un segundo después me beso la frente y me devolvió a mi asiento para poder comenzar a conducir. Teníamos que llegar a casa de Alice lo más pronto posible, y por la manera en la cual supuse que conducía, no iba a ser un problema.
- Podemos volver otro día? Todavía necesito mas respuestas, y ese lugar es muy hermoso, y fue maravilloso que lo hayas compartido conmigo- Cuando termine de susurrar, me di cuenta que me había perdido la mitad de una historia en la cual estaba demasiado interesada.
- Podemos volver mañana si quieres, o cuando lo desees. Este lugar es tan tuyo como mío- Coloco su mano de hielo sobre la mía y siguió conduciendo en silencio.
El camino se hizo más corto que a la ida. Siempre es así. Al comienzo del día estaba intrigada por conocer a donde me llevaría Ed, pero ahora que tenia que despedirme de el, parecía que el tiempo me jugaba en contra. Al cabo de unos pocos minutos estábamos ya en zona urbana, conocía el camino casi de memoria por las veces que Emmett nos había llevado a casa, primero a Al, y luego a mi. El hogar de mi amiga se diviso muy deprisa.
- Amor, ve mas despacio, no quiero despedirme de ti- Casi piso el freno en un impulso, pero no quería morir en un accidente de auto, por lo que me limite a solo mirarlo fijo.
- Alice sonaba muy urgente cariño, no podemos hacerla esperar, mira si algo grave…- No quise seguir escuchando, por lo que tape mis oídos con las manos y empecé a tararear. Unos minutos después vi que ya estábamos situados frente al destino.
- Lo siento, no quise actuar de esa manera, es solo que la sola idea de alejarme de ti me causa temor-
- No debes temer, no me perderás nunca, no me alejare de ti-
- Lo prometes?- Era estúpido, no me valían de nada las promesas, y todo se debía a una mala jugada en el pasado.
- Lo prometo- Me servia aun menos, pero trate de no hacerlo notar y bese su mejilla. – Ahora baja ya, te aseguro que Alice se pondrá contenta al verte-
Le obedecí como una niña pequeña y me baje del auto, no sin antes darle un fuerte abrazo.
- Te veo mañana, es un hecho-
- Nos vemos mañana amor, estate lista por la mañana, tengo algo para ti- Cuando terminó la oración, ya estaba a mitad de cuadra.
Me acerque a la puerta de entrada y toque timbre, por dentro, un sonido de campanas inundo la habitación. Al cabo de pocos minutos, la pequeña figura de Alice se asomo por la ventana, me hizo señas con las manos de que esperara y luego se esfumo. Transcurrieron pocos segundos para que la puerta principal se abriera completamente, pensaba entrar en la casa, pero alguien me lo impidió.
- A donde crees que vas Bella? No tenemos tiempo para eso, llegaste tarde, debemos irnos ya- Cogió un saco del perchero de la entrada y acto seguido cerro la puerta a sus espaladas. – Vamos amiga, camina ya-
- Y a donde se supone que nos dirigimos? Me llamaste desesperada, pensé que algo malo ocurría, casi me matas de un susto, es que acaso estas loca?- Mis palabras salieron a las carreras de mi garganta.
- Es que algo malo ocurre, no tenia planeado que te encuentres fuera de la cuidad, me has hecho perder mucho tiempo, debemos apresurarnos antes de que…-
- Apresurarnos? Yo no pienso caminar ni media cuadra en medio de esta oscuridad- En el cielo, las estrellas dibujaban un mapa de puntos que se asemejaba al de los libros para niños en los cuales al unirlos con líneas irregulares, un dibujo precario sale a la luz.
- Y quien dijo que tengas que caminar? Además, entre tu tardanza y la caminata, nunca llegaríamos a tiempo- Sonaba graciosa, como si el hecho en si le causara alguna gracia.
- Y en que piensas ir? No tengo mucho dinero para tomar un taxi, y tampoco me has dicho a donde debemos llegar-
- Primero que nada, no debemos, debes, yo no iré a ninguna parte, solo te llevare a destino. Y segundo, iremos en mi coche, ahora hazme el favor de avanzar que ya vamos bastante retrasadas- Se abrió camino por delante de mi e introdujo su pequeño cuerpo en la puerta del garaje, me tomo del brazo y me unió a su caminata. Allí dentro descansaba un 206 azul metalizado que encajaba a la perfección con el estilo de mi amiga.
- Nunca me dijiste que tenías auto…-
- Nunca lo preguntaste, además mis padres no me dejan llevarlo al estudio, no quieren que haga halago de mi adquisición- Tiempo después de que sus palabras salieron por la pequeña boca, abrió la puerta del acompañante y me metió dentro. Dio la vuelta para abrir la puerta corrediza del garaje y luego se subió al vehiculo, lo puso en marcha y con la palanca de cambio obligo al pequeño 206 que retroceda de inmediato. Una vez fuera, salio para cerrar el portón y volvió a meterse dentro conmigo.
- Que hora es? ¡Hay mi dios bella es muy tarde, no llegaremos a tiempo!-
- ¿Llegar a donde, a tiempo para que? Alice por favor explícame!- Estaba casia a los gritos, pero esto no pareció alterarla y me siguió hablando en su tono de voz normal.
- Hazme un favor, saca de mi bolso mi pequeño móvil y entrégamelo- Hice lo que me pedía, me sentía tan obligada a cumplir sus ordenes como cuando Edward me hablaba. Oh Edward, con solo pensar su nombre mi cuerpo se estremecía.
Le entregué el móvil y en un rápido moviendo escribió algo en un mensaje de texto y lo envió a un número que al parecer no tenia en su agenda, pero se lo recordaba a la perfección.
- Ya esta, por suerte existen estos pequeños aparatos salvavidas, tenemos 5 minutos mas, así que si quieres llegar con vida, abróchate el cinturón- No quería llegar a ninguna parte, pero hice lo que pedía.
No me hablo en todo el trayecto hacia el misterioso lugar, solo silbaba y tarareaba canciones que no llegaba a comprender.
- Por cierto amiga, no me gusta Edward. Es decir, si es muy guapo y todo eso, pero no es tu tipo, el es muy…nose, no va contigo, y no quiero que salgas herida- Además de arruinarme la noche, ahora me venia a dar sermones
- Sin dañar tu integridad amiga, pero no me importa lo que pienses, yo lo quiero, y no voy a dejar que nada se nos interponga- Mi voz sonaba molesta, pero ella pareció reírse de mi
- Ya lo veremos- susurro casi inteligiblemente.
Los minutos transcurrían y yo todavía sabía sin saber a donde iba a terminar mi día. A medida que nos adentrábamos en las calles desconocidas, una fila de departamentos inundaban el lugar. Era como una residencia de hoteles, y cada vez que las cuadras aumentaban, también lo hacia el nivel de esplendorosos revestimientos.
Llegamos a un pequeño callejón, o mejor dicho, era la misma calle, solo que al parecer era el fin del mundo, porque no había otra cuadra que la siguiera, pero por mas monstruoso que pudiera sonar, los edificios que allí se alzaban eran gloriosos. Parecían perfectas construcciones modernas obligadas a parecer importantes.
- Hemos llegado amiga, ahora baja y entra en aquel edificio- Señalo un gigantesco grupo de ventanas erguidas en una torre de alto nivel social. – Cuando entres, dile a la recepción tu nombre, es decir, no digas Soledad…- lo pronuncio dudosa, ¿Cómo lo sabia? Luego recordé la conversación por teléfono, al parecer Alice había hablado con mi madre, y se cuanto odia que me digan por mi nombre ficticio. – Di que eres Bella y que alguien te esta esperando. El recepcionista sabrá de qué hablas y te guiara al elevador. Una vez dentro marca el piso 15 – AL parecer era unos de los del medio, ya que me había tomado el trabajo de contar las filas de ventanas. Genial, mas altura. Por suerte no era el último. – Cuando el elevador se detenga…Sabrás que hacer-
- Un minuto…es decir que… ¿Tu no vienes conmigo?- No entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando. ¿A dónde y con quien me enviaría mi amiga?
- Ya te he dicho que no, ahora apúrate, que estas llegando tarde- Me empujo fuera del auto, y espero a que entre en el hotel, luego se perdió en las calles.
Entre muy cuidadosamente, y al abrirse las puertas, las miradas de todos se podaron en mi. Hice caso omiso a esto, y me dirigí al mostrador.
- Ehm, Hola, soy…Bella…Swan- Pensé que el muchacho que atendía la recepción estallaría en carcajadas, pero por el congrio esbozo una sonrisa de complicidad.
- Señorita Swan, la estábamos esperando, venga por aquí, y apresure al paso, esta un poco retrasada- Quise gritarle que ya lo sabia, pero no quería sonar irrespetuosa ante tanto respeto.
- Eh, si…lo siento…es que-
- No se disculpe, por favor, entre y marque 15- Era exactamente lo que Alice me dijo que pasaría, pero nadie me comento hacia donde me llevaba el piso 15.
La puerta del elevador se cerró y me inundo un sentimiento de temor. No eran las alturas, ya que todavía no había subido mucho, era otro temor. Claustrofobia. Por suerte, el elevador llego a destino en un par de segundos y la puerta se abrió mas lento de lo que se había cerrado. Cuando ambas hojas quedaron ocultas, un hermoso hall despertó mi curiosidad. Era una pequeña salita con las paredes pintadas de un amarillo claro, casi dorado. En una esquina había una ventana que parecía sacada de la capilla sextina, y debajo, una pequeña mesa con un mantel de seda. Un sillón de un solo cuerpo hacia juego y por encima de la mesita, un jarrón con rosas rojas le taba un toque de color al lugar. Usando a este ultimo como elemento sujetador, se hallaba un sobre, y en una caligrafía que me pareció similar aparecía escrito mi nombre. Bella. Cuidadosamente de no romper nada que se me cruce, alcé el sobre en mis manos, lo abrí delicadamente y leí. “Te He estado esperando, siento mucho todo, te quiero. PD: golpea tres veces, y sabré que eres tu” Definitivamente había reconocido la caligrafía, y sabia lo que me aguardaba dentro. Me acerque a la puerta y golpee como indicaba. Al finalizar el tercer "noc", la puerta se abrió, y tal como esperaba Emmett se hallaba allí en frente.

5 comentarios:

  1. Que tierno! y que envidia me da Bella... dos hombres intentando conquistarla, y los dos de esta forma tan romántica! Quiero más capis, porfa

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  2. Que bonito!
    A mi me gusta más Emmett, es más sútil Edward va más directo y no tan romántico.
    Espero con ansia el siguiente capitulo, en cada uno te superas,enhorabuena!!

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  3. :O qe tiiernoo !!
    Juroo qe me encanta emmet !!!
    necesiito los prox. capiituulos!!!
    te cuidaaas... Kiss !!

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  4. no me agrada mucho emmett si la lleva a un hotel solos en la oche oye pero que atrevido es mejor edward
    team edward pero tambien me quedaría con emmett

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  5. mmm...tiene razon(Anonimo)
    pero es obvio q Emmett es mas romantico...

    aunque edward..**suspiros**

    me kedo con los dos!!!jejeje

    es un amor!!!

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