martes, 7 de abril de 2009

Capitulo XIX

Capitulo XIX: Dos corazónes al precio de uno

Aquel fue uno de esos momentos que por más que duren apenas unos pocos minutos, marcan tu vida. Lo ultimo que recordaba eran los labios de Emmett sobre los míos presionando con fuerza. Mi cabeza me indicaba que corra, que aleje mi boca de aquella que no era la de Edward, que salga corriendo de aquél lugar, pero por otro lado, al mismo tiempo, mi corazón latía más y más fuerte, se me había acelerado el pulso y sentía que mi pecho se expandía mas allá de mi ropa. No me negué al beso, eso era ya más que una certeza, nunca me imagine que a mi corazón de esa forma, estaba desaforado. Era feliz, y no tenía intenciones de deshacer ese sentimiento.
Mientras mis órganos se debatían acerca de mi vida, yo me perdía en los suaves brazos de Em que me sujetaban a el como impidiéndome salir. Había perdido la conciencia, no sabia ni el lugar ni el tiempo en el cual me hallaba, lo único que mi mente me hacia saber, era que los brazos que me arropaban eran los de Emmett y que no estaba de acuerdo con la idea, pero mi corazón silenciaba esos pensamientos con sus latidos ensordecedores. Algo me saco de mis divagaciones, y era que mis labios ya no estaban presionados a los suyos, cuando reaccione nuevamente, tenia sus hermosos ojos iluminados clavados en mis míos.
- Bella, no sabes lo feliz que me haces- Me susurro mientras me alzaba unos pocos centímetros en el aire.
No sabia que decir, que hacer, y mucho menos que responder.
- Em...ya...es tarde...puedes, nose, tal vez...llevarme...a casa- Las palabras salieron tartamudas de mi boca.
- Claro amor, seguro- Y volvió a besar mis labios. Genial, ahora era el amor de dos personas, pero mi corazón seguía debatiendo por ambos.
Me tomo la mano, con la otra recogió el oso con el ramo y me lo entrego.
- Para que no te olvides-
- Créeme, no lo haré-
Me condujo hacia la puerta de salida, y luego hacia el elevador. Pensé que oprimiría el botón de planta baja, pero para mi sorpresa, seguimos bajando.
Allí, en ese oscuro subsuelo, las llantas plateadas del Clío de Em brillaban gloriosas. Nada en ese momento atraía mi atención, lo único que quería era irme a casa y esconderme bajo las frazadas para siempre, pero sabía que eso era casi imposible.
Una vez dentro del auto, abroche mi cinturón y me limite a mirar por la ventana, pero sabía que aquella paz no duraría mucho.
- Bells, ¿Que es lo que te ocurre? No has dicho palabra alguna, y estoy dudando sobre tu comportamiento, ¿Estas enfadada conmigo verdad?- ¿Porque motivo hacia sufrir a las personas que quería? Su voz sonaba acompañada de un nudo en la garganta.
- No Em, no estoy enojada...es solo que...necesito pensar- Esas palabras las había oído de boca de todo el mundo, pero nunca pensé que las oiría también de la mía. Intentaba no sonar muy dura, por lo que a medida que hablaba, procesaba cada letra.
- Amor... ¿No te molesta verdad?, Es decir, que te llame así-
- No lo se, continua-
- Eres demasiado importante como para permitirme perderte, te daré todo el tiempo que necesites y lo sabes muy bien, no voy a presionarte a nada, no quiero que tomes una mala decisión- Mientras se concentraba en el camino, me miraba de reojo.
No seguí hablando, necesitaba paz mental, eso era todo.
Durante el viaje respeto mi silencio y solo me sonreía de ves en cuando. Puso un poco de música y dejo que el tiempo transcurriera. Esta vez fui yo la que rompió el silencio.
- Em, ¿En que piensas?- intentaba sonar amable
- ¿De veras quieres saberlo?-
- ¿Estoy a tiempo de arrepentirme?- Curve mis labios hacia las comisuras creando una símil sonrisa.
- Pienso en ti, eso es predecible, en que es lo que sientes, en cual será tu decisión, en Edward, en mi, en todo lo que puede cambiar mi futuro con solo unas pocas palabras- Lo mire fijo por un tiempo y luego tome su mano sin quitarla de los cambios
-Te quiero, eso es todo lo que y lo que siento, pero es verdad que Edward también esta en mi vida, por eso necesito pensar-
- Gracias, pensé que nunca oiría eso- Después de su frase, ninguno de los dos volvió a hablar.
Luego de unas calles, aparco el coche en la entrada de mi casa, abrió la puerta de su lado y bajo hasta llegar a la mía. La abrió con delicadeza y m tendió la mano. Mi cuerpo temblaba ante su rose, me abrazo con pasión y selló mis labios con un rápido beso, pero antes de que pudiera despegarse, con mis manos lo empuje hacia mi. Al parecer, el rostro se le ilumino. Agarre mi oso y me encamine a la puerta de mi hogar.
Ya situada detrás de la entrada, agite mi mano libre y cerré de un portazo. Corrí escaleras arriba para asomarme todavía a oscuras a la ventana, el auto aun seguí allí. Prendí la luz y el puso en marcha el vehiculo. Desapareció tan rápido, que al parpadear, ya no estaba.
La paz reinaba en mi habitación, al fin, eso era lo que necesitaba. Me coloque el pijama y entre en las sabanas. A pesar de que era demasiado tarde, mis parpados no cedían. AL pie del colchón se encontraban los dos osos compitiendo por espacio, y en la mesa de noche, un jarrón con el enorme ramo.
Recordé que en mi bolso yacía mi celular, por lo que me levante y fui hacia el. Encontrarlo fue bastante difícil, pero después de varios intentos saque el pequeño aparatito fuera de la cartera. Mantuve presionada la tecla de desbloquear, y allí se encontraban en forma decorativa, los mensajes que llenaban mi casilla. Los primeros tres o cuatro eran de Edward, preguntándome que le había pasado a Alice, y si ella se encontraba bien. Como nunca recibió respuesta, me envió otro diciendo que debía ser algo grave, tal como “algo de chicas” y que me llamaría mas tarde, o quizás por la mañana del domingo. El par que seguía eran de mi amiga, queriendo saber todos los detalles de la cena con Em, y que –al igual que Edward- me llamaría más tarde. El ultimo era de mi madre, preguntando por mi existencia, y que suponía que me quedaría a dormir en lo de Al. Tenia varias llamadas perdidas también, luego le diría que me había quedado sin batería. Cuando estuve a punto de dejarlo sobre el suelo para poder dormir, el último par de mensajes llegaban a destino. “Buenas noches amor, que descanses. Hablamos mañana” Uno era de Emmett, y el gemelo idéntico, de Edward. Me estaba volviendo loca. Deje todo en su lugar y me recosté con la almohada por sobre mi cabeza, lo único que deseaba, era descansar.
La noche estuvo llena de sueños y pesadillas que inundaban mi mente sin descanso, a pesar de eso, me levante al mediodía. Los rayos de sol entraban sin permiso por la ventana, y el reloj despertador marcaba las once. Tome mi teléfono del suelo, y para mi sorpresa, estaba completamente ocupado por llamadas y mensajes. No conteste ninguno, no quería hacerlo, solo necesitaba desahogarme con alguien que me entienda, y que no intente unirme en matrimonio con mi amigo, por lo que Alice quedaba descartada de la lista.
Cuando la idea se me cruzo por la cabeza, salte de la cama y elegí de mi ropero algunas ropas cómodas para pasar una tarde relajada. Baje las escaleras a pique. Mi madre estaba sentada en una de las sillas del comedor leyendo una revista, era el único día en el cual mi casa estaba habitada, pero yo no estaba lista para presenciar a las multitudes.
- Mama, voy a salir con los chicos del estudio, vuelvo a la tarde, no me extrañes- No le di tiempo a pronunciar respuesta, ya que había salido en tiempo record.
El sol no estaba muy fuerte como para poder caminar a paso lento, pero igual, decidí ir por la vereda de la poca sombra que adorna el mediodía. El camino me lo sabia de memoria por las veces que lo había transitado en coche. Sabía exactamente en que calles doblar, y en cuales seguir derecho.
La caminata me hacia bien, me despejaba la mente, y dejaba mis prioridades claras, bueno, casi claras. No me molestaba ir a pie, no había sacado el registro del auto, y tampoco tenia intenciones de hacerlo, era feliz en mi vida de peatón.
Los minutos transcurrieron lentamente mientras iba mirando la numeración de las casas, hasta que finalmente encontré mi destino. Era una casa a mitad de manzana, el porche estaba adornado con dos altos faroles negros y la entrada estaba encaminada con flores de perfecta simetría. Había unas rejas negras que dejaban al descubierto el espacio entre la puerta y la casa. No había notado esto las veces anteriores.
Antes de tocar timbre, saque mi teléfono del bolso y lo apague cuidadosamente para que nadie interrumpiera mi despejada charla. Necesitaba de alguien que me entendiera, que me escuchara, alguien a quien le importe, pero no de modo amoroso, sino simplemente una importancia de amistad.
Con uno de mis largos y finos dedos presione el botón del portero, dentro de la casa se pudo oír el sonido que produjo el timbre ante mi visita. Dos grandes ventanales adornaban los laterales de la puerta, y la ventana de uno de ellos se corrió dejando a la luz un cuerpo conocido.
Me dedico una gran sonrisa y volvió a cerrar la cortina, para inmediatamente abrir la puerta. A medida que se acercaba hasta las rejas, me regalaba una de esas sonrisas sin compromiso que tanto extrañaba. Me sentía incomoda, pero el simplemente me demostró que no debía estarlo, que era mi amigo, y que confiara en el.
- Bella, que hermosa sorpresa verte por acá!- A medida que abría la puerta de barrotes, me invitaba a pasar con un calido beso en la mejilla. - ¿Qué haces por aquí?
- Espero que no te moleste, pero necesito hablar con alguien y eres el único que me entiende Jazz. El único que me quiere como amigo, y con el que no tengo que cuidar mis acciones- Mi respuesta lo tomo desprevenido, cerró la reja y me invito a caminar.
- Pasa Bells, tienes mucho que contarme, y el sol nos rajara la piel-
- Espero que no te halla molestado que venga-
- No digas tonterías, a mis padres les encantara conocer a alguien del set. Hablo siempre de ustedes, y ya me venían obligando a montar una fiesta para conocerlos- Me sonrió alegremente.
- Gracias Jazz. No te imaginas cuanto necesitaba esto- Me dio un abrazo y me encamino hacia el comedor.

3 comentarios:

  1. Wooooooow!!
    Dos por el precio de uno.Quien fuera Soledad o Bella,Edward es guapisimo y perfecto,Emmett fuerte y romántico, lo tiene dificil, que pena no poder quedarse con ambos no?
    Espero impaciente el proximo capi tiene que ser una pasada.
    Te felicito,en cada capi te superas.Besos desde España

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  2. Estoy deseando saber qué es lo que va a hacer Bella... bueno, Soledad!
    La verdad es que si estuviese en su misma situación o sabría que haría, porque cada uno tiene lo suyo pero, por primera vez, creo que voy a ir con el que creo que terminará perdiendo: me quedaría con Emmett. Dulce, romántico, guapo, fuerte, la trata como una reina y, sobre todas las cosas, ES HUMANO.
    1besico y gracias! Espero el próximo...

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  3. waaa que hacer!!

    pero igual, hasta ahora me quedaria con emmet :), pero hay que ver como se porta edward mas adelante :)

    saludos !!

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